Una ballena de 36 pies de largo (sí, una ballena) fue descubierta recientemente en la remota selva de Brasil, a millas de su hábitat natural, cuando buitres carroñeros alertaron a los funcionarios locales con sus chillidos.
Crédito de la imagen: Instituto Bicho D’agua/Facebook
No es ninguna novedad que la selva amazónica está llena de vida, pero un descubrimiento reciente dejó perplejos incluso a los expertos en vida silvestre y a los biólogos más experimentados. En la maleza de la isla brasileña de Marajó, encontraron nada menos que el cadáver de una ballena jorobada de 10 toneladas.
Las primeras teorías sugieren que la ballena llegó a la orilla durante una tormenta o que ya estaba muerta cuando la marea creciente la arrastró hasta tierra. Sin embargo, los científicos no entienden cómo logró llegar tan lejos tierra adentro o por qué se encontraba nadando frente a la costa de Marajó.
Crédito de la imagen: Instituto Bicho D’agua/Facebook
Los especialistas marinos del grupo conservacionista local Instituto Bicho D’agua están examinando el cadáver y las evaluaciones preliminares sugieren que la joven ballena murió un par de días antes de ser encontrada a unos 15 metros de la orilla. La líder del proyecto, Renata Emin, está cautivada por el descubrimiento del mamífero y está intrigada por su viaje.
“Todavía no estamos seguros de cómo aterrizó aquí, pero suponemos que la criatura estaba flotando cerca de la orilla y la marea, que ha sido bastante considerable en los últimos días, la recogió y la arrojó tierra adentro, al manglar”, señaló.
“Además de esta asombrosa hazaña, estamos desconcertados por lo que una ballena jorobada está haciendo en la costa norte de Brasil durante febrero porque se trata de un fenómeno muy inusual”, añadió.
Las ballenas jorobadas suelen encontrarse a finales de verano y en otoño, aunque mucho más al sur. Solo se aventuran hacia el norte, hacia la desembocadura del río Amazonas, en muy raras ocasiones. Emin sugirió que el animal joven fue separado de su madre, pero aún se desconoce la causa de su muerte.
Crédito de la imagen: Instituto Bicho D’agua/Facebook
“Dependiendo del estado de descomposición, es posible que ya se haya perdido parte de la información”, explica Emin. “Estamos recopilando toda la información que podemos conseguir e identificando marcas y heridas en su cuerpo para ver si quedó atrapado en una red o fue golpeado por un barco”.
La funcionaria del Departamento de Estado, Dirlene Silva, explicó que el acceso al cadáver y a la región donde fue encontrado es tan difícil que hubo que desmontarlo y examinarlo en el lugar.
“Es muy difícil llegar hasta allí y no hay manera de enviar una excavadora porque no pasaría”, dijo Silva. “No hay manera de sacarlo. Para llegar allí, tenemos que cruzar el pantano”.
La zona donde se encontró el cadáver. Crédito de la imagen: Instituto Bicho D’agua/Facebook
Debido al tamaño, peso y ubicación del cadáver, por ahora no hay planes de retirarlo. En su lugar, los investigadores pretenden enterrar la mayor parte, mientras que el esqueleto será enviado al Museo de Historia Natural Goeldi en Belém para futuros estudios.
Con suerte, este será un paso hacia revelar qué le sucedió exactamente a esta desafortunada cría de ballena jorobada, pero por ahora, nadie lo sabe con certeza.
Crédito de la imagen: Instituto Bicho D’agua/Facebook